Viernes Santo

30.03.2018

"Jesús Nazareno, Rey de los judíos." (Jn 19, 19)

Para hablar de la Pasión, mediante la cual fuimos rescatados todos, tomaré como tema las palabras del título que Pilatos hizo escribir sobre la Cruz: "Jesús Nazareno, Rey de los judíos." En este título están incluidas las causas de la divina Pasión, que se reducen a dos, expresadas por las palabras: Jesús Nazareno y Rey de los judíos.

Jesús quiere decir Salvador, así que ha muerto porque es salvador y para salvar hacía falta morir.

Rey de los judíos, o sea que es Salvador y Rey al mismo tiempo. Judío significa "confesor"; por tanto es Rey pero de sólo aquellos que le confiesen, y ha muero para rescatar a los confesores; sí, realmente ha muerto y con muerte de cruz.

Ahí tenemos pues, las causas de la muerte de Jesucristo: la primera, que era Salvador, santo y Rey; la segunda, que deseaba rescatar a aquellos que le confiesen.

Pero, ¿no podía Dios dar al mundo otro remedio sino la muerte de su Hijo? Ciertamente podía hacerlo; ¿es que su omnipotencia no podía perdonar a la naturaleza humana con un poder absoluto y por pura misericordia, sin hacer intervenir a la justicia y sin que interviniese criatura alguna?

Sin duda que podía. Y nadie se atrevería a hablar ni censurarle. Nadie, porque es el Maestro y Dueño soberano y puede hacer todo lo que le place.

Ciertamente pudo rescatarnos por otros medios, pero no quiso, porque lo que era suficiente para nuestra salvación no era suficiente para satisfacer su Amor.

Y qué consecuencia podríamos sacar sino que, ya que ha muerto por nuestro Amor, deberíamos morir también por Él, y si no podemos morir de amor, al menos que no vivamos sino sólo para Él.

(Sermón del Viernes Santo, 25-3-1622. X, 360)